lunes, 7 de setiembre de 2009

jueves, 27 de agosto de 2009

martes, 28 de julio de 2009

primera vez


Tu geografía luego se volvió refugio de una intensa biodiversidad emocional. Solos los dos, qué más faltaba en este espacio colmado de tiempo?
Con la paz, mis dedos colonos te exploran como celosos invasores de tu tibia superficie ahora exenta de pureza. Alejada del dominio de la luz, pude contemplar como se extendía eterna y húmeda. Fuera de toda calma, palpitas bajo tu superficie a manera de lamento, brillante y con terciopelo perlado cubriendo todo tu ser, elevándote y encogiéndote como un respiro. Reinaba el silencio tras el caos en esa dimensión que nunca acepté como modesta y que finalmente hice mía sobre tí, sobre el suelo y sobre mis principios. Qué te puedo decir sobre el mismísimo momento; poesía pura. Soñado, repasado, imaginado y masturbado tantas veces. Masticado, dilatado, violentado, alterado, reinventado tantas otras. Finalmente ejecutado con gracia y compás. Detalles: extrañé una mirada, un instante de contacto visual. Gran ausencia. De ahí que concluyo que la física triunfó sobre la química en esta combustión. Le faltó alma, pero de ninguna manera eso alteró el resultado, al menos para mí. Me quedo con tu silencio esquivo, tus labios apretados, tus párpados ajustando la mirada, como queriendo protegerla de una segunda puñalada. No importa ahora, aunque no te pude clavar con la mirada, igual conseguí clavarte con lo que quería. Igual que me clavé en el barrio, en tus paseos, en nuestras primeras palabras y sobre todo en tu futuro, ése que se quedará entre nosotros desde hoy. Ahora, quedan mis dedos paseando sin señales sobre ti. Adaptados al clima, repasan y registran los segundos para alimentar los recuerdos que seguro ambos viviremos cada vez que cerremos los ojos. Esa será nuestra unión, un sueño que renacerá cada noche y aunque físicamente estemos separados, no te olvidaré y lo mejor, tampoco podrás olvidarme. No, de esta marca no te olvidas.
No tienes que llorar, también es mi primera vez, pero confieso que pudo haber sido distinto si no hubiera tenido que forzarte.

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martes, 30 de junio de 2009

Viajes & Momentos


Aviones cruzan el cielo de noche. Son dos y van cada uno en dirección opuesta. Un minuto antes te abrazaba, ahora observo algo que no he tenido oportunidad de ver antes; dos aviones viajando en el mismo plano de mi visión, uno frente al otro. Observarlos a esa distancia me hace pensar por un instante que una ligera falla haría que se estrellen, pero no. Simplemente es gente viajando en direcciones opuestas, cada uno muy lejos del otro en todo sentido, gente encerrada en una lata que se mueve muy rápido en el aire. Viajeros, un poco como nosotros.
Te abrazo otra vez. Despego.

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Cuando duermes son®íes. Yo no. Soy un ácido. Tú sonríes. Aquella energía me permite la posibilidad de un colorido despertar. No he conocido mucha gente que sonríe cuando duerme ni menos que lo primero que haga sea sonreír al despertar. Amanece. Buscas instintivamente el abrazo y encapsulas afectos. Ese poderoso intercambio hace que la sangre corra violentamente. Es una suerte que en nuestras venas y arterias no hayan reglas de tránsito; muchos hubieran muerto a esta velocidad, como nosotros, que en cada anochecer morimos y al amanecer resucitamos. Como viajeros dimensionales e indocumentados. Viajeros al fin.
Cierro los ojos y sonrío. Color.


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Miro al cielo. Espero que me aplaste en algún momento. Tú haces lo mismo. Estamos elevados. Sol y frío - dices - es una mezcla adecuada para este lánguido invierno limeño, como Amor +Pasión. Flotando nos reímos en ese ritual de seguir buscando estímulos. Te digo - la gente se puede clasificar (y entender) según las cosas que los estimulen. Pausa y dices - ahora comprendo por qué hay Paris Hilton y Stephen Hawking. Pausa y buscamos estímulo en el espacio. El cielo ahora nos pertenece. Pregunto - dónde estamos? Tus manos tocan mis párpados mientras me dices - aterriza en mi.

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Me resultaba imposible entender cómo desciende un ángel atravesando millones de kilómetros desde el cielo y tras ese viaje, cómo luce en tierra firme.
Hasta que caíste sobre mi.

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domingo, 14 de junio de 2009

la paz sea conmigo


La primera vez que la vi fue en la iglesia.
No recuerdo antes haber sentido que algo divino estuviera en la tierra tan cerca a mi y me hubiera tocado.
Escuchar la misa todos los domingos era algo que al comienzo mi madre me obligaba a hacer. Puedo confesar sin miedo que realmente detestaba no poder estar en la playa, jugando cartas o simplemente no haciendo nada en vez de tener que ir a la iglesia a escuchar la Santa Misa. Me resultaba aburrido, agotador, sin sentido. Lo digo sin ofender, siendo honesto, pero siempre terminaba por ir cada domingo simulando ser un creyente más cuando en verdad no creía en nada ni en nadie.
La iglesa en aquel tiempo era como una cárcel para mi. Dentro de ella, toda la hora que duraba la misa me sentía como un prisionero. Trataba de hacer que mi mente se distrajera en las cosas más tontas. Comencé memorizando todo; las palabras del padre, las apasionadas y delirantes canciones religiosas, luego los rostros, la ubicación de algunas personas. Llegué a detectar quienes daban limosna y quienes no, quienes realmente eran creyentes y quienes no. Descubrí sutiles códigos entre las personas en sus manos, sus miradas y las posición de sus cuerpos. Aún así me la pasaba aburrido. Lo peor llegaba cuando el padre invitaba a todos a darnos fraternalmente la paz. Esa espantosa sensación de tener que tocar a un desconocido y decirle sin sentirlo - la paz sea contigo- me producía una repulsión espantosa. Hombres, niños, señoras; siempre tenía a alguien cerca que volteaba repentinamente sonriendo y me tenía que dar la paz. Atroz. No sabía qué cara poner, no sabía qué decir. Lo peor era cuando un anciano lo hacía. Esas manos arrugadas, temblorosas, llenas de manchas posándose sobre mi hombro, tocando mi brazo, a veces mi mano. Era demasiado para mi. En aquellos tiempos me resultaba imposible evadir esa responsabilidad y no me era nada cómoda esa carga, esa presión familiar, esos sentimiendos estrellándose en mi corazón. Llegué a sentir que todo en la iglesia me observaba, desde las personas hasta las imágenes. Entonces cuando ese pánico me colmaba llegaba lo peor - hermanos, démonos fraternalmente la paz-
Una vez, preso de esa crisis de domingo, fui finalmente bendecido. Si, no exagero. Fui realmente tocado por un ángel. Aquella vez no fue una mano robusta, ni unos dedos sucios, ni mucho menos aquellos huesudos y temblorosos dedos de epidermis manchada por los años los que me tocaron. Una delicada mano se posó sobre mi, una mano fina, firme, impecable y lozana. Al levantar la mirada un par de ojos marrones me devolvían literalmente la paz perdida tanto tiempo. Fue como un exorcismo, un momento divino, un verdadero milagro. Desde aquella vez mi peregrinaje a la iglesia fue obligado por mi, sólo para verla, para sentirme tocado otra vez por tanta pureza. En casa todos celebraban mi repentina devoción. Me levantaba muy temprano. Llegaba ansioso y transpirado a la iglesia a ubicarla entre tanto cristiano pecador. Una vez localizada, el siguiente paso era acercarme lo más posible, estar tan cerca de ella que llegado el momento de darnos la paz su brazo me pueda tocar y así recibir el mensaje de sus labios, de sus ojos. No me diga nada todavía. Esa niña estaba haciendo que crea en el Señor, en esa fuerza que me invadía y sacudía mi cuerpo. Su sólo contacto me encendía. Por la noches, soñaba con esos ojos, esa expresión y esa mano tocándome. Despertaba excitado y humedecido, sufriendo al contar los días - todavía falta para verla el domingo - me repetía como azotándome con mis palabras - todavía falta. Entonces, enfebrecido rezaba apasionado y al dormir volvía a soñar con esa niña, hasta que nuevamente el domingo llegaba, iba a buscarla, me ubicaba cerca a ella y recibía la paz. Pero ultimamente he descubierto que después que ella me bendice con la tibieza en su contacto coronado por las palabras en la más dulce de las voces no puedo evitar llegar a casa y pensando en ese instante tocarme, imaginando que es ella quien me toca.
Me asalta un vértigo por el que me dejo llevar. Me precipito y luego, luego viene la paz, la verdadera y sublime paz. Hoy, ya no puedo evitar hacerlo varias veces, muchas más los domingos después de la misa. Me siento muy extraño.
Padre, usted cree que eso esté mal, cree que voy a ir al infierno?


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domingo, 31 de mayo de 2009

my way



Toda esta maldita cosa de sobrellevar (y sobrevivir) al desencanto no hacían más que darle a la vida de Nati un aura de ensoñación perversa donde, entre humo y poca luz, navegaban la mayoría de noches sus extremas vivencias-socorristas que la rescataban a tiempo de su más reciente (y definitiva?) ruptura amorosa. Las aguas solían ser océanos de vodka con tónica. Aguas movidas con tormentas. Todos lo sabíamos, el plan era simple; cómo hacer para cruzarnos en su camino. Afortunados malditos los que pretendíamos ponerla a tono para recibir algún gozo que representara para ella una forma de venganza. Testimonios reales afirmaban lo placentero que podía ser enredarse con una chica con el temperamento de Natalia, despechada y ofendida, amarga como un bolero cantinero, queriendo cobrarse en cada cogida esa deslealtad que caracteriza, en sus palabras, a todos los hombres del planeta, entre ellos al ex en cuestión.
Nati, No-amor, y brinda. Y quién sabe, muy dentro de ella, sus hormonas aplauden toda esa hambrienta necesidad de aventuras de una noche. Revancha en hilo dental. Y brinda, Nati.
Cuidadosamente hice un trazo cuyo recorrido me ponía en su camino. Esa noche pensé, ahora me toca. Finalmente, soy hombre.

A veces me resulta más claro tener una idea del tiempo registrando cosas como besos, copas, relaciones o charlas. Hechos puntuales me sitúan en un momento en particular.
No importa cómo ella aceptó mi compañía. Alguna vez nos vimos en la barra, o nos tocamos bailando. Nati siempre tenía aquellos viajes con muchos invitados, pero sólo uno se quedaba con ella. Recuerdo su vestido corto, su baile a ojos cerrados, su jugueteo con los hielos, su habilidad para que todos la conozcan y para conocer así a todos. Queda claro que una chica así nunca puede ser tuya, pero comprendí por nuestra charla siguiente en la sala de mi departamento que no era cuento, ella en verdad una vez fue de alguien, enterita y plena. Cruza las piernas. Fuma. Al decirlo, noté como sus ojos la hicieron viajar por la periferia de su corazón quebrado. Le estaba crujiendo el alma. Luego, pidió otra copa y escupió sobre los hombres durante una hora sin parar. Era una chica-cosmo rabiosa y vulnerable, una escolar malandra convecida que somos ratas que jamás se podrían domesticar. Hijos del dolor de las mujeres, formados para no saber amar, menos aún cuando somos amados. Homicidas emocionales sin respeto ni moral. Encantadores, letales, brutos, majestuosos aparatejos de los que toda mujer se debe cuidar si conduce sobre uno, para poder cambiarlo a tiempo por el modelo del año antes que todo falle y se estrelle para finalmente morir por él. Mmmmmffff...hombres- decía saboreando su rabia- el más vil animal .
Cuando hizo silencio, volvió la mirada hacia mi con ojos húmedos, una mirada regada con dolorosas aguas del desengaño. Sólo me quedaba lamentarme de mi mala suerte por esta catarsis fuera de libreto. Miré mi vaso y Nati siguió en silencio mordiéndose los labios, alterada.
Luego me preguntó si me la podía mamar.

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jueves, 21 de mayo de 2009

viejo mancebo



Al fin, tras minutos de contemplar cada detalle de su cara, Fer se animó a darle vuelta a aquel espejo circular de dos lados. Ahora, el sincero e implacable espejo le devolvía una imagen mega ampliada y llena de violentas imperfecciones propias de la edad. Fer nunca se vió tan arrugado, poroso y lleno de irregular pelo germinando en distintos lugares de su cara. Lo peor para un tipo maduro como él no era descubrir aquellas grietas y desagradables detalles de su rostro ampliado, sino atreverse a dar unos pasos hacia atrás para contemplarse entero, en toda su desnudez.

Fer nunca quiso creer en eso de la crisis de la madurez, sin embargo en ese instante algo explotaba dentro de él.
Había dejado hace tiempo el saludable y placentero vicio de la masturbación, el mañanero repentino, cuando los hijos y el cansancio se llevaron la pasión matutina con la que arremetía a su compañera, subrayando en cada embiste toda su masculinidad entregada al amor/pasión, desterrada luego por el llamado amor-heróico, patéticamente condimentado con estress, flojera, problemas laborales, económicos, familiares y en consecuencia sexuales, los mismos que entendía en un comienzo podrían convertirse en preocupación, luego en tragedia, después en asunto pendiente y finalmente en indiferencia total. Fer sabía que tras tantos años las prioridades en un núcleo familiar suelen ser batallas muy distintas en el día a día y que ahora él estaba muy lejos de sus años como cazador nómade de piel firme, conversación avispada, mirada efervescente y sobre todo seguridad en sí mismo.
Retrocedió pálido al pensar en eso.
Sobre la papada de barba tupida salpicada de platino se expandía un pecho del que colgaban dos tetillas también cubiertas de pelo, parecidas a un par de desabridas ubres apuntando cada una hacia extremos diametralmente opuestos. Más abajo, una panza prominente. Más pelo. Ausencia de cintura y al centro, reposando en la sombra un sexo flácido como un guerrero que pasó del reposo tras la victoria a un símbolo de la jubilación y ausencia de vida. Finalmente tras ese epicentro ovalado que era su vientre, dos arqueadas piernas flacas soportaban todo su ser. Para rematar el cuadro, pies callosos de uñas gruesas y largas, como de dragón envejecido.
Suspiró y resignado decidió abrir la puerta para salir del baño.
Lo sorprendió una intensa luz, a diferencia de la oscuridad que esperaba tener y que sabía por acuerdo se respetaría en un momento tan especial como el que le tocaba compartir una noche más. El pánico se apoderó de él. Se sintió penosamente desnudo, vulnerable, indefenso.
Pero eso duró muy poco, una vez que reconoció la voz familiar de siempre que le decía - sigues siendo el hombre maravilloso y sensual del cuál me enamoré hace tantos años.

Al día siguiente en la oficina, Fer sonreía feliz. Recordó además algo que oyó decir a Julian Kay, personaje caracterizado por Richard Gere en la película American Gigoló de 1980 - pase lo que pase, hagas lo que hagas, ten siempre tensa la quijada. Y siguió sonriendo.

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domingo, 10 de mayo de 2009

UN COMERCIAL... Y REGRESO


Zapatos vagabundos.
Aire, amor y vida.
Tiempo suspendido.
Pausa que refresca.
Corte comercial.

Algunos lo llaman
vacaciones.
Mi momento llegó.


Nos vemos a mi vuelta.

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Pd: mientras, te puedes entretener leyendo hacia atrás.
Revisa los cajones con toda confianza. Si te gusta, vuelve por más.
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miércoles, 6 de mayo de 2009

un parpadeo


Cae el fin de la tarde y el parque se despide de sus sombras. Se alejan los niños de manos diminutas que persiguen a otros niños de manos diminutas. Gritan, vuelan, se apartan de este mundo. Se ven tan Johnson que no saben en qué planeta van a vivir.
Pienso fragmentadamente en desordendos chapters. La publicidad y sus marcas (no, no es al revés) me rodea, me seduce. Hay tránsito vivo que depende del aire viciado. Los estudiantes se ven muy wiki. Repaso: Lima cosmopolita con sus visitantes famosos, su economía sonriente, su sobredosis de consumo, sus blogstar's. Las chicas lucen ahora mejores zapatos, lo cual es bueno. Sus sentimientos se vuelven más complejos, lo cual puede no ser tan bueno. Todos queriendo ser artistas (me incluyo avergonzado), todos viviendo en síntesis, comunicándonos en 140 caracteres. LOL.
Sale Mozzer y entra por mis oídos Leonard Cohen . Estoy conectado por un par de auriculares blancos en cuyas venas viaja información que hará correr mi sangre más rápido los siguientes minutos de mi vida. Me pregunto si mi cuerpo en este momento está siendo atravesado por ondas y contenidos que dicen que Susan Boyle ya es una diosa. Información versus tiempo en la carrera por quién va primero, (el mismo juego de niños del simple postulado gánale-al-otro). Por un momento imagino una generación de chicos que nacen sin huella dactilar en el índice por todos los clicks necesarios en el mouse para que sus padres pudieran articular eternas charlas on-line, igual que los padres de sus padres, que forjaron una generación de chicos con la misma identidad. Me da frío. Buena señal, estoy vivo. Vibra el cel que nunca quise. Me permite saber quién es. Me da el poder de elegir, pero finalmente es una farsa; no tengo poder alguno. Nadie lo tiene, pero parece. Oscurece y se siente bien. La gente apura el paso porque llevan en su adn un código que les dice que oscuro es malo. Quizás vayan a casa a ver tele y alimentarse de sus ondas sin parpadear. Si miras lo que ocurre en tu casa a través de un marco de cartón o madera sabrás a qué me refiero ( y de pasada tendrás tu propio reality sin cortes comerciales, sino con la publicidad dentro).
Creo que la tv hace engordar. Creo que internet hace engordar. En un país como este quizás ser gordo sea bueno, pero yo solo he conocido gente interesante que no pasa los 78 kilos. El consuelo es que es tendencia de masas, para los que somos la masa. Escuché por ahí decir que por las redes sociales hemos vuelto al viejo concepto de manada, a vivir en grupos virtuales con rasgos comunes. Nada más falso, amamos más que nunca estar solos, cosa que reafirmamos cada vez que que nos conectamos a una compu y comemos menos tierra. Y ahora me toca dejar esta banca e irme a casa para hacer exactamente lo mismo.
A veces extraño los apagones. Solíamos estar unidos y conversábamos más.

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martes, 28 de abril de 2009

libros, historias y amor


R. la vió y no la podía mirar.
Palpitaciones le tiraban del tapete y esa habitual torpeza se manifestaba en él en su forma más simiesca. Qué ganas de quedarse en aquella tienda de libros a mirarla de reojo mientras las primeras líneas de libros elegidos al azar se esforzaban por llevarlo a otros destinos. "Imponente, el rollizo Buck Mulligan apareció en lo alto de la escalera, con una bacía desbordante de espuma, sobre la cual traía, cruzados, un espejo y una navaja", "El traje de los presidiarios es de rayas, rosa y blanco. Si, conminado por un impulso del corazón, elegí yo el universo en que me complazco, al menos puedo descubrir en él los numerosos sentidos que deseo: existe pues, una relación estrecha entre las flores y los presidiarios", "Conocí a Dean poco después de que mi mujer y yo nos separásemos. Acababa de pasar una grave enfermedad de la que no me molestaré en hablar, exceptuando que tenía algo que ver con la casi insoportable separación y con mi sensación de que todo había muerto". Pero R. tenía en su habitual retorno a la misma tienda de libros su propio eterno comienzo : "la última tarde que Rodrigo la observó de manera silenciosa y contemplativa, pasó mucho más tiempo disfrutando la manera en la vida había puesto en Clara sublimes razones para seguir viviendo. Unos pocos minutos le fueron suficientes para agradecer haber estado ahí justo a tiempo. Cuando llegó a casa, algo le tiraba del labio. Tenía un anzuelo en la boca".

Clara cerró el libro se acercó a la caja de la tienda.

- me llevo éste.
- ...curioso título...
- si, el personaje femenino se llama como yo. Me hizo pensar que quizás alguien en alguna dimensión podría estar escribiendo sobre mi. Tonteras...sólo espero que me tenga reservado un final feliz.
- ni lo dudes. Aquí tienes...hasta pronto Clara.
- Chau Rodrigo, gracias...

Mientras Clara se alejaba con su última compra, Rodrigo suspiraba al verla marcharse disfrutando cada detalle en ella, sin prestar atención a la chillona colegiala que ponía sobre el mostrador un ejemplar más de "Busco Novia".


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miércoles, 22 de abril de 2009

escena en un autoservicio



Max se ve atrapado entre el caos vehicular dentro de un autoservicio.
Todos tratan de avanzar con sus carritos del mismo diseño pero claramente diferenciados por sus contenidos. Alguien menciona las ofertas en el altoparlante.Todos sonríen mientras compran, se saludan, conversan, hasta que llegan a las cajas. En la caja nadie sonríe. Nunca.
Max no lleva una lista de compras, ni un niño sentado en el coche, ni una compañera que la ayude a elegir los productos. Observa una manzana solitaria en medio de una montaña de papas.
Se siente como esa manzana.

A diferencia de las calles, en un autoservicio cuando alguien choca con otro se disculpa, no lo insulta ni lo agarra a golpes. Algunos/as hasta sonríen, cruzan miradas, palabras amables, incluso coquetean.
Nadie muere atropellado en el autoservicio, a menos que sea una fruta que se cayó de su torre. Aún así es poco probable que muera aplastada por las ruedas de un carrito; suele haber alguien que a tiempo la coloca en su lugar. Sólo cuando esto no ocurre, la pobre fruta puede terminar aplastada por una sadalia, unas zapatillas, una bota o un taco 7.

Max observa a la gente en aquel tráfico de coches cargados de alimentos y bebidas. Emiten señales de superioridad, de pertenencia, de exigencia, de necesidad o de derroche. Nadie dirige ese tránsito. No hay reglamentos ni señalética, a menos que quieras saber donde está la leche por ejemplo. Es la cuarta semana de Max tratando de olvidar el hemisferio solitario de su cama haciendo girar las ruedas de un carrito de compras entre cientos de marcas. Cruza miradas buscando una cara amable, un flechazo furtivo que sea el comienzo de una aventura con código de barras. Choca su carrito con el de una mujer sin anillo concentrada en las infusiones. No logra atraer su mirada. Se disculpa. Avanza contra el tráfico. Toma una conserva y hace una pregunta tonta a la chica ejecutiva que revisa su lista. No obtiene respuesta. Va a la sección de shampoos. Hay una nación de mujeres leyendo los frascos. Max nota que las fórmulas por tipo de cabello son más atractivas que él. Vencido una vez más y sin nada en su carrito, se fija en aquella manzana sobre la ruma de papas que observó toda la escena. Aquella manzana silenciosa y solitaria que lo hizo darse cuenta hasta donde nos lleva la soledad y el precio que nos hace pagar por nuestros errores.
Va con el coche vacío hasta aquella manzana y la lleva consigo. Luego, se dirige a la caja con la fila más larga de coches llenos y tampoco sonríe mientras espera su turno para pagar la fruta en cuestión.
Casi 20 minutos después, una trigueña de ojos pequeños y prendedor con el nombre de Andrea presiona el botón que hace avanzar los productos en la faja transportadora de la caja y recibe una solitaria manzana. Luego de haber escuchado el escáner sonar infinidad de veces como cada noche de lunes, cansada levanta la mirada y no puede evitar sonreír ante la escena y la paciente espera de un cliente tan solitario como su manzana. Max la mira y también sonríe. Por un instante esa caja con ambos mirándose parece la toma principal de un comercial de televisión para una cadena de autoservicios.
Una vez fuera, Max camina hasta su departamento sintiendo en cada bocado que esa es la manzana más deliciosa que no probaba en mucho tiempo.
Sin duda, al día siguiente irá por otra igual. Y la pagará en la misma caja.

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martes, 14 de abril de 2009

privado


Mi mirada se ve distinta. Siento los ojos furiosos y por instantes no me reconozco en el espejo. Dentro, todo parece sonar en mono. Entran dos tipos aceitosos con pinta de contadores dejando pasar con ellos los compases de una balada-metal ochentera. Ebrios comentan sobre el culo de una bailaria. Otra se contonea sobre una sucia barra bajo una raquítica luz. Los tipos jalan y cuentan sus billetes planeando disfrutar entre ambos algo parecido a una mujer, que según dicen, lo hará con los dos si comparten su coca. Me mojo la cara tratando de quitarme las náuseas y registrando con dificultad lo que pasa dentro del baño. Huele fuerte a orines. Alguien vomita. Un tipo cayéndose entra con una mujer mayor de maquillaje corrido. Mientras ella le frota la bragueta con una mano, con la otra lo bolsiquea a su antojo. Me guiña un ojo. Yo no vi nada. La voz en los parlantes anuncia que en breve una tal Sheila subirá al escenario.
Son las 3:43 de la madrugada y estoy borracho en el peor night club de Lima.

Por un momento ya no siento lo malo que es el whisky. Todo ese ambiente puteril infectado de necesidad y pobreza rebrota mágicamente en siniestra alegría cuando al pasar los minutos las tristes putas intentan sacar lo que sea. Bailan, ríen, te agarran las pelotas, el culo y te ofrecen las más decadentes y sublimes faenas.
Estoy recostado sobre la barra y Mila, mi acompañante improvisada, desiste de venderme su cuerpo para advertir que estoy muy mareado. La veo como si yo fuera un mosca; multiplicada y en tornasol. Tiene las rodillas ásperas. Alguien le grita algo desde un lado refiriéndose a mi pero ella las calla. Creo que nota que algo o alguien me llevó hasta ahí. Finalmente me desea suerte y se va, no sin antes advertir a las demás que de mi no sacaran nada. Los tipos golpean las mesas. Saco de mis bolsillos billetes arrugados hechos bolitas. Suelo tenerlos así cuando me pierdo en la noche. Pido más whisky malo y siento un zapato de tacón que desde arriba de la barra se apoya en mi hombro. Uñas rojas descarcaradas y una mano que levanta mi barbilla. Total eclipse of the heart. Me aplauden no sé por qué. Otra vez la visión de mosca.
Hay una cortina que separa el ambiente de una escalera. Pregunto al mozo a dónde me llevan. Al privado señor, 40 soles por canción y la hembrita le baila encima, ya uté le pregunta si puede tocar pe. Quiero mi privado. Saco cuatro bolitas de papel moneda y busco lo que mis ojos de mosca me permitan identificar entre el humo y la poca luz como algo parecido a un ángel de concreto. Veo una chica de pechos sentada sobre un mueble rojo grasiento. Saco un ticket y me acerco a ella reclamando mi canción a cambio de aquel rectángulo de papel sucio numerado. Ella se para de mala gana. Es diminuta y menuda. Tira de su blusa corta cubriendo una particular panza que parece tener estrías. Vamos, dice seca en mi oído. Creo que Madonna canta material girl. Abre la cortina y me encuentro siguiendo sus caderas en una escalera demasiado empinada. Encuentro arriba una fila de privados. Papel higiénico usado por el suelo, risas, olor a pescado.
Siéntate, ya sabes que es lo que dure la canción. Suena una vieja balada de Steve Perry y ella se mueve como en piloto automático. Cómo te llamas? pregunto. Olenka me dice. Su piel parece amarillenta, pero conserva cierta gracia. Quizás no, pero no me importa, ya tengo mi privado. No me mira. No sé qué hacer, así que simplemente la contemplo. Me fijo en sus pechos como una atractiva razón para estar ahí. Pregunto nerviosamente si puedo tocar. Despacito me dice, por favor, despacito. Llevo mis manos hacia aquellos redondos pechos y presiono. Escucho en la oscuridad una especie de lamento en su voz y algo húmedo me cae sobre los ojos. Olenka, qué pasó, qué es esto? le digo extrañado pero sin enojo.
- Leche materna- me dice fríamente - y ya se terminó tu canción...


Cuando salí de ahí había sol, no estaba tan borracho y tenía muchas historias registradas, pero sólo puedo compartir esta.
Las otras, son privadas.


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martes, 7 de abril de 2009

de amigos y amantes




T. me convence de lanzar un joint y ponerle fin a mi exclusivo momento de botellas y copas . Tiene un lindo departamento en Chorrillos y el mar de Grau se ve más pacífico que nunca enmarcado en su ventana de bordes naranjas pintados a mano. T. saca una mala copia de A Bout De Souffle de Godard mientras J. su novio, mi mejor amigo, prepara algo en la cocina. Tres noches antes ella y yo bebíamos en silencio cerca al Puente de los Suspiros, suspirando por las rupturas con nuestros respectivos, ya que además de perderlos, nos separaba como grupo.
Bebimos lo suficiente como para tener que conocernos otra vez. Aquella vez la conocí mejor que nunca.

T. bebe y sonríe conmigo distinto que cuando está con J. Esa noche no quise sentir las señales que me envió bajo y sobre la mesa, hasta que abrazados y tambaleantes rumbo al lindo depa chorrillano me preguntó en su puerta si no quería quedarme a dormir. Su roommate, una morena actriz de teatro que además eventualmente hacía de clown, no estaba en casa y J. existía fuera de su corazón tras un diluvio de lágrimas y otro huayco de palabras gruesas - eso si, para ti no tengo ni cama ni pijama - fue la frase que me empujó a su colchón subrayando que J. era llanto del pasado.
De los suspiros pasamos a los alaridos y el mar de Grau no fue tan pacífico esa madrugada.

Cuando desperté, la actriz y eventual clown me estaba mirando. Me echó del lindo departamento chorrillano acusándome de traición a J., hipocresía con mi ex pareja y abusador de T. en su indefenso estado. Le dije que como actriz era mejor payaso, me puse el calzoncillo al revés y me fui sin mañanero ni desayuno .
A medida que pasaron las horas y me encontraba con los trozos perdidos de la madrugada me quedaron tres ideas en la cabeza : 1.T. era una extraordinaria amante que olvidaba con facilidad, 2. nunca amé a mi ex y 3. yo era el peor amigo del mundo.

Tres días más tarde J. se reconciliaba con T. y me llamaba emocionado para agradecerme los consejos que le di a ella cuando salimos, que le hice darse cuenta de cuánto lo amaba, qué salir conmigo fue lo mejor que pudo hacer para reflexionar, así qué gracias amigo, porque sólo un amigo como tú, un amigo de verdad consigue hacer lo que yo hice, así que me esperan en el lindo depa chorrillano frente al mar de Grau a almorzar, que yo, mi amigo, cocinaré para ti.


T. me pone un joint en la boca y lo enciende. Le doy una larga calada y no siento nada.
Toso demasiado y mis pulmones se expanden. J. y T. fuman, ríen, se besan. Yo no siento nada. Ponen la película de Godard cubriendo la ventana con una gran mandala India, dejando que pequeños halos de luz corten la escena mientras siento como si dos manos tiraran de mis ojos achinándome. Me repito no siento nada. Aparece un primer plano de Belmondo y no puedo parar de reír. En un respiro pienso que sobre esa cama en la que estamos echados hoy los tres T. y yo tiramos borrachos hace muy poco, cacherío que marcaría su retorno a los brazos de J., y mientras Belmondo sale más con esa cara de galán tonto intento decirles que esa es la cara más graciosa que he visto en mi vida, hasta que al voltear los descubro pegados por la jeta como dos pescados.
Los dejé solos y me fui stone a mirar el mar, escuchando en mi cabeza la risa burlona de la actriz-clown que me pegaba la nariz roja de un solo golpe.
Saqué mi libreta y anoté "a veces ser honesto es una excentricidad".
Luego me fui a comer como nunca en mi vida.

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lunes, 30 de marzo de 2009

bésame mucho


Primero vino el silencio. Luego la lluvia estelar.
El suave contacto liberó cientos de ángeles que segundos antes eran de concreto y ahora danzaban haciendo que la fina luz se vuelva estroboscópica y perfumada de sexy malicia.
Se redefinieron algunos territorios como amor, dulce, libre y caliente, filtrando entre sus tejidos el nacimiento de un nuevo canto que predicaba- infinito y único es el menor momento.
Se hicieron un columpio de caricias con horizonte de ventanas abiertas, abanicado con palabras en lengua nueva creada con la energía de la escena. Se conquistó la galaxia a paso lento, colonizando el cuerpo con dedos curiosos de ojos cerrados, determinantes como un mar sin llaves acogiendo tempestades de cabellos largos y voz de mujer. Ofrecieron al amor un sabor virgen y molecular, entrañable, incandescente. Indestructible. Y la vida pagana celebró, la fauna siguió danzando a su alrededor el ritual de la supervivencia del quinto día, esa infinita fiesta que alberga con brazos abiertos las apetencias de aquellos que también por las noches buscan respuestas como ésta, luces de nuestra existencia que al dejarlas salir nos dicen entre labios cual es el mapa de nuestras vidas y que a manera de soundtrack solo les basta la voz de sus sístoles y diástoles sumadas a su propia voz interior. Se compartió fiesta y disfrutaron cena. Merendaron sus nombres, sus pasados y sus futuros en tiempo presente.
Cuando al fin aterrizaron, miraron dentro de ellas y ambas se dijeron al mismo tiempo - anda, bésame otra vez.

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martes, 24 de marzo de 2009

contigo aprendí


Viviana observa su café y esta vez no escucha todas las charlas que se dan a su alrededor.
Usualmente lo haría; se dejaría llevar por las voces de aquellos desconocidos que por un instante se vuelven un 1% familiares cuando a través de las ondas del sonido de sus voces en al aire, comparten inocentemente información sobre sus vidas, fragmentos de historia humana servida en porciones de comunicación pura e inalterada, el ingrediente impresicindible en nuestra pasajera vida social, en nuestra manera de relacionarnos.
Alrededor de Viviana, las mesas están llenas de parejas contando cosas que esta vez ella no quiere escuchar. Hoy se trataba de su vida.
Viviana se concentra en el café y lo único que ve en él es su reflejo buscando una respuesta, mirándose a sí misma. Curioso, piensa, este café oscuro y amargo define perfectamente este instante definitivo.
Primera gran pregunta: al llegar el fin, realmente necesitaba guardar de cada relación lo peor para mejorarlo en la siguiente y lo mejor para voverlo a disfrutar en una versión superior una vez que esté en otros brazos?
Eres una reclicadora emocional, le reprochó a su reflejo en el café.
Segunda gran pregunta: el hombre fantasía sexual o el padre ideal para sus hijos?
Zorra, eres una ninfómana convenida y no aceptas que no existe el hombre perfecto, murmuró.
Tercera y última pregunta: debería aterrorizarse de no estar casada y con hijos entrando a los 30?
Cuando estaba por concluir su autoanálisis Ramiro entró en el café. Tenía veinte minutos de retraso y esta vez, a diferencia de un tiempo atrás, no trajo consigo esa aura de luz cegadora, esa capacidad de detener el tiempo, ese embriagador aroma que emanaba de su ser, esa divina condición de ángel terráqueo y único que solían hacerlo irresistible, no tenía esa cosa fresa que solía hacer suspirar a Viviana. Luego de darle un beso con lengua, se sentó.
Entonces Viviana le dijo - Ramiro no sé cómo decir esto. Intenté tener contigo una relación perfecta, como nunca antes la tuve, puse todo de mi parte para no fallar, pero fracasé. Busqué en ti el hombre con quien pasar el resto de mi vida, que me satisfaga, que me de un futuro, seguridad, familia y no lo encontré. Voy a cumplir 30 años y esta decisión es la más difícil de mi vida...
Cuando parecía que todos alrededor querían saber saber qué le diría, Viviana trajo a Ramiro hacia ella y habló en su oído.

Luego de aquel encuentro, pasó un tiempo antes que cada uno hiciera su vida y tuvieran sus propias familias. Pero en medio de todo, nunca dejaron de comerse.
Y fueron amantes para siempre.

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viernes, 13 de marzo de 2009

papá lo sabe todo




Ignacio me contó que una vez de niño vió a su viejo quemar un papelito en la enorme chimenea del cuarto de la casa de campo mientras le decía - esto es porque los objetos que no se usan regularmente pierden su esencia y se vuelven inútiles con el tiempo.

Creo que su viejo siempre quiso tener una chimenea, pero es un poco raro mandar a construír una en la habitación si es que no la vas a utilizar. Y eso que además tiene un jacuzzi, pero ése si lo usaba porque al viejo le encantaban las mocosas, alardear sobre la plata que tenía, creo que incluso jalaba. Le gustaban el whisky, las mocosas y la coca. Ignacio no salió a él, siempre fue más bien tranquilo, reservado, como que la cosa le iba por dentro, pero cuando chupaba y jalaba le salía toda ese rollo que tenía contra su viejo. Pobre Ignacio, decía que su existencia era producto de un jebe roto. Al viejo lo odiaba y por él odiaba su vida, su problema para relacionarse, sus temblores, su tonto tartamudeo y hasta sus granos. Viejo putón le decía, no le perdonaba el abandono, no se la compraba. Su vieja se marchitó con eso, no se casó más. Ignacio la visitaba de vez en cuando. Me dijo que a su vieja la verguenza la dejó muda, pero nunca pobre. Usted sabe, jefecito el viejo tenía sus fichas y la plata es la solución a la mayoría de problemas. Le calló la boca a la señora pero como dije, ese bille la hizo decrépita y la apagó poco a poco ante la mirada inútil de Ignacio. Bueno, el asunto es que su padre, es decir el viejo putón, parece que una vez cuando Ignacio era chico lo llevó como excusa para escaparse a aquella casota en el campo donde celebraba una de sus clásicos fines de semana de relax. Entonces decía a su mujer que se iba a pasear a con Ignacio a que monte caballo y respire aire puro, solos, los dos hombres de la casa y el pendejo se iba de putas a la casa de campo, le ponía la tele al chibolo y comenzaba la jaladera y la culeadera todo el día. Ignacio se ganó siempre con toda esa vaina. Creo que hasta el viejo hizo que se la chuparan a los doce, una negra que limpiaba la piscina. Eso lo cagó al flaco, usted me entiende. Hay cosas que se te marcan y creo que Ignacio salió drogón, complicado y depre por su viejo, como tantos broders que conozco. Bueno, ahora que quiere saber lo que vi, se lo cuento. Nos fuimos una mancha a esa maldita casa para hacer una fiesta. Fue idea mía, no de Ignacio. El viejo putón estaba de vacaciones en Roma y jodimos a Ignacio para armarla. Nos fuimos seis puntas. Bueno, no sé si quiera detalles, pero pasó todo lo que podría pasar si una mancha con flacas se junta en una casota de campo con tragos y coca. A eso de las 7:00 de la mañana del día siguiente a la fiesta no encontraba a Ignacio por ningún lado. Se había pasado la noche chupando y jalando solo en la terraza, no quiso culear, no quiso bailar. Cuando lo encontré estaba sentado en el cuarto de su viejo, mirando esa chimenea que nunca se usaba salvo para quemar papelitos. Me contó lo que le dijo de chibolo sobre utilizar los objetos para que no pierdan su esencia y no se vuelvan inútiles, me lo dijo llorando, pasado de vueltas. Cuando se paró recién me pude dar cuenta que tenía la pistola de su viejo en la mano y su viejo, que yo sepa, nunca había utilizado ese cohete. Terminó de recordar aquel momento padre-hijo en la chimenea y se quitó corriendo con el fierro. La verdad jefe, no tengo ni idea de donde puede estar Ignacio en este momento, pero al menos sabemos que su viejo está bajo tierra. Eso es todo.
...disculpe jefe, ya me puedo ir?


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lunes, 9 de marzo de 2009

estrógeno power



Cuando pasó, lo primero que Dani recordó fue la voz de su mejor amigo diciendo que cuando finalmente las chicas son penetradas por el hombre que les hace perder la cabeza, resulta ser un momento sublime. Ahora que esto ocurría, Dani podía afirmar que parecía ser cierto.

Dani tenía sobre y dentro de ella a aquel ejemplar perfecto para su mundo ; guapo, inteligente, capaz, caballeroso, educado, exitoso y pingón. Aquel miembro dentro era la conquista definitiva tras años de riesgos, juegos y puestas donde se dejó la virginidad, el corazón y hasta el orgullo más de una vez. Todas, solía pensar, sabemos cuando llega él indicado y éste lo era.
Gozaba con sus manos sobre las caderas presionándola contra él al más delicioso de los ritmos, aquellos suaves labios de besos varoniles e intensos, su barba raspándole la piel, el esperado y romántico despertar a su lado, los primeros desayunos, las infinitas cosas para compartir, citas, sopresas, la exploración de las pasiones y finalmente la propisición para el altar ante la algarabía familiar, el tan ansiado sí acepto.
Luego los planes, el progreso mutuo para construír un futuro, la convivencia. El redescubrir sus hábitos, el sexo relajado y ocasional, la comprensión de sus manías y el respeto por sus espacios y momentos. La tele y el fútbol, los comentarios como "eso te vas a poner?", el nacimiento de la panza, las rutinas, los primeros pedos y eructos. Los arrullos cambiados por ronquidos, un creciente mal humor, la apatía y los hijos justo a tiempo para salvar el momento. Luego los sacrificios por la familia, las cuentas, las discusiones y los celos. El inevitable descubrimiento de una infidelidad, la verguenza y el silencio. Los chicos-problema, la carrera personal frustrada, la dependencia económica y la soledad amarga.

Se hizo un silencio y la cama se congeló.

Mientras Dani esperaba fuera un taxi pensaba que en la vida, de una u otra manera, una siempre termina penetrada.

- quizás esto no sea para mi - se dijo en voz alta. Luego se fue por una copa.
Sentada en el bar se encontró con sus mejores amigas y curiosamente percibió la sublime presencia de muchas más mujeres que hombres.
Y brindó por eso.

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viernes, 27 de febrero de 2009

diminuto final infeliz




Los apasionados besos de los protagonistas de la telenovela de las 8 le resultaban inquietantes. Siendo las 8:14 , C deseaba más que nada en el mundo que su esposo llegara al departamento y la viole varias veces.

Cuando llega J, encuentra a C dispuesta a masturbarse pensando en aquellos primeros besos a escondidas con amigos/conocidos/desconocidos. Pensando en las primarias sesiones masturbatorias sobre su cama llena de stickers de Hello Kitty y números de teléfonos de distintos muchachos garabateados con tinta azul Faber Castell. La encuentra dispuesta a hacerlo pensando en cómo fue descubriendo el sexo con él para quedarse con él, casarse con él y ahora esperar fiel y humedecida para ser sometida por él.

J dejó las llaves sobre la mesa y le pidió disculpas sin la menor emoción, pero le resultaba imposible quitarse el traje de hombre casado que llega tarde de trabajar.
Luego, impasible y lánguido, le preguntó qué había para comer.

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lunes, 23 de febrero de 2009

es evolución nena!



Un sostenido cambio social-divino afectó drásticamente el equilibrio del sistema y su rica forma de vida. Se extinguieron fuegos y se aplacaron temblores. La combustión pasó de ser espontánea a ser controlada.
Aquel frágil y maravilloso mundo comenzaba a girar directo hacia la evolución.

Las líneas de expresión de sus nativos, esas que alguna vez fueron mapas de la felicidad, se reinauguraron como autopistas que ahora conectaban la vida con la rutina, en viajes loopeados de 24 horas, 365 días al año totalmente gratis y all inclusive.
Se abandonó la salvaje desnudez y se dio la bienvenida a la moda. Se impuso la educación y se automatizaron la mayoría de los momentos, las formas sobre los fondos y la bandera de la seguridad flameó en lo más alto. Se dejó la caza y se estableció la casa. Aparecieron las horas y los horarios. Se reordenaron las apetencias y los momentos de consumo. Se prohibió comer con las manos, pero también con los ojos y con el pensamiento. Se impuso la ley de la piel limpia, pero no se aplicó un decreto para el alma. Se fijaron verdades pero se dejaron libres las mentiras y se le impuso un valor económico a prueba de cualquier valor moral, solo para evitar epidemias. La comunicación simple se hizo simplona. Se lanzó con éxito un plan vital que recreaba el viejo modelo de vida, que para mayor confort y seguridad de sus usuarios, contaba con un modernísimo sistema electrónico digital de avanzada, 100% garantizado (se incluyó el programa de emociones producidas totalmente gratis)
Finalmente se enseñó a las almas a caminar en dos pies sobre la alfombrada superficie de la razón.

En silencio, durante larguísimos tic-tac's, sus habitantes notaron inquietos que aunque estaban uno al lado del otro, cada cual gobernaba y defendía su porción tierra bajo el mismo cielo de cemento, todo esto iluminado por la apática luz de la electricidad.

Inevitablemente, se extinguieron.

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miércoles, 18 de febrero de 2009

cuestión de segundos



En un segundo la vida otra vez había cambiado.
Un momento antes él jugueteaba con el ombligo de ella y escuchaba su risa vibrante y luminosa, envuelto en aquel espiral de alegría, pelos largos y piel morena. Una suma de momentos antes, la puesta del sol era saboreada por un blanco frío sobre arena tibia; vino, playa y libertad, muy al norte del ruído de los que siempre están tarde para marcar algo, de los niños que encuentran una pistola en el cajón de papá, de las chimeneas tristes en desuso, de la lánguida mirada de los hombres del peaje, esos que son los últimos que ven con vida a los conductores suicidas antes de estrellarse en las carreteras unos segundos después. De los policías tentados a ser villanos por la voz de la miseria, de las mentiras que crecen cuando moran ocultas mucho tiempo, de nuestros harapos dorados y flacas alegrías, de los que se vuelven no y de todos los tic-tac de nuestra historia. Y ahora, este norte soleado de nocturnidad, convertido en paraíso de manzanas sin serpientes, en eterno loop de vida y muerte (donde se sufre para cobrar y poder escapar de lo que la zoociedad enseña y la familia deforma) comenzará a sufrir en cuestión de segundos.

Los orgasmos parecen ser eternos, pero a veces duran unos segundos. Los segundos en el amor a veces parecen durar más tiempo. Parecen.
Mientras él juguetea con su ombligo, comprendió que aquel epicentro de vida podría ser el refugio ideal, pero nada dura para siempre. Tras repasar en segundos sus continuas infidelidades, se incorporó y la miró como un hombre mira cuando intenta decir la verdad.
Segundos después le dijo de pronto que no la quería más.
Terrible fue su sorpresa cuando ella, segundos después, le dijo que hacía mucho tiempo más había dejado de amarlo.

Mientras la veía alejarse por la playa, pensó que una vida no le bastará para saber cuánto tiempo ella ocultó esa verdad.

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martes, 10 de febrero de 2009

girls just want to have fun



Tres niñas tratan de entender lo que están viendo.
Les resulta curioso, extraño. Se ríen entre ellas con malicia y complicidad. No les es aberrante ni repulsivo; es simplemente nuevo, simplemente divertido.
Se concentran en los detalles, las formas, expresiones y movimientos. Aquellas imágenes del mundo de los grandes las hacen sentir poderosas, de pronto conocedoras de un secreto que vuelve a los adultos indefensos y vulnerables, no merecedores de respeto, perdedores de su autoridad, de veracidad, de control. Se descubre la verdad de sus silencios y excusas, de sus tontas razones, de su lenguaje incomprensible y represor.
La pureza se esfuma y una nueva verdad corre dentro de sus mentes. La vida se estrella contra sus corazones violentando crudamente conceptos hasta hoy intocables como amor, respeto, caricia y protección. Los besos y abrazos se deforman ante unos ojos que no parpadean, testigos del renacer de una razón apresurada y oscura que se presenta con su sonrisa más insolente.
Se pierde el sentido del cuerpo preciado y puro para dejar nacer el cuerpo-objeto.
No reconocen sus partes tal como las conocían hasta ese momento. Se vuelven mortales como cualquier adulto. Se miran entre ellas con recelo y temor, silenciosas y vacías. Se va la risa y se establece el rencor. Se va la niñez, ultrajada, herida e irrecuperable.
Cuando apagan el televisor, en silencio y sonriendo otra vez le dan la bienvenida a la curiosidad. Renacen y entonces sienten su sexo como la lengua de un ángel.

Horas más tarde, cuando todos duermen, papá y mamá desnudos se preguntan horrizados qué hace un dvd de Hannah Montana dentro de la caja de su porno favorita.


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miércoles, 4 de febrero de 2009

el gran paso


50 metros separaban a G del suelo.
Sin notarlo había acumulado en los últimos años la suficiente carga vivencial para no tener dudas ni miedos. Estaba convencido que aquella energía bastaba para dar el gran paso hacia la más sublime sensación de paz y libertad que el hombre jamás haya anhelado. G tenía claro que no se trataba siquiera del placer como un motor vital aquello que nos hacía levantarnos de la cama, comunicarnos, relacionarnos, amar, competir, crecer, reproducirnos. Había algo más elemental y primario. G lo llamaba nuestra necesidad de entretenimiento. Básicamente necesitamos "estar haciendo cosas" que nos quiten el aburrimiento mientras corren los días. Así, desde leer, hasta formar una familia, se convertía elementalmente en productos de nuestra necesidad de estar entretenidos con algo. No importa si es placentero, doloroso, alegre o triste. Se trata de burlar el paso del tiempo que la vida necesita para no sentirla pasar e inevitablemente morirse de aburrimiento. G estaba inmerso en su dorado pantano de nihilismo y al haber comprendido por primera vez todo, estaba convencido que este gran paso cerraría su capítulo para siempre antes de llegar aún mucho más lejos.

G había logrado lo que a los ojos de los demás un hombre afortunado podría hacer en una vida; el éxito le sonreía, tenía una familia ideal, un fraterno grupo de amigos, dinero, poder, salud.
Aquella mañana, la mayoría de las personas importantes para él estaban con los pies el la tierra mirando hacia el cielo a un G a punto de dar el gran paso y trascender la barrera que separa a los hombres que sólo alcanzan tener una vida doméstica, cotidiana y banal de aquellos que buscan liberarse de ese vacío que hace que creas tenerlo todo, cuando en verdad no tienes nada.
Así fue que todos despidieron a G en su viaje desde la tierra hacia el infinito, comprendiendo que su decisión obedecía a la eterna búsqueda no resuelta del hombre : la verdadera libertad.
Entonces G les dedicó a los presentes una mirada cálida desde lo alto para luego cerrar los ojos. Estiró los brazos, dio un paso hacia adelante y voló.
Mientras familiares, amigos y conocidos lo observaban emocionados alejarse sobre las nubes, la voz de su primogénito rompió el silencio del momento diciendo - cuando sea grande quiero ser como papá.

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martes, 3 de febrero de 2009

miércoles, 28 de enero de 2009

exit



Haremos esto por amor, eso lo sabes.
Por amor, la fuerza más poderosa el universo, mira tú, quién lo diría. Y yo que hasta que te conocí nunca creí en eso y me burlaba de tantas historias cursis de amigos y conocidos, de los mailsitos edulcorados destilando ternura, de los detallitos inesperados, las miraditas a escondidas, de los insomnios implacables (siempre escuchado "la canción perfecta para el momento", claro) y de todo ese delicioso sufrir. Pero no. Por las noches no hacía más que soñarte y a la distancia ofrecerte mi alma. Ahora no dudo que esta conexión fugaz tenía que darse. Recuerdas nuestro primer choque en el pasillo; el golpe de miradas, tu expresión reconociendo mis señales, mis palabras viajando hacia ti y tu inmediata respuesta. Luego se puso mejor con las citas disfrazadas de una amistad que poco a poco atravesó todas las barreras. Te acuerdas que las imaginábamos como viejos murales graffiteados con la cara de nuestros viejos, de los que se hacían llamar nuestros amigos y de algunos estúpidos más que no vale la pena recordar? (por ejemplo tu ex) Mírame y no sueltes mi mano. No temas. Tú eres la fuerza y yo tu otra parte, siempre fue así aunque esta vez sea yo quién diga esta declaración. Me siento con ese poder gracias a que hemos llegado hasta aquí. Lo que viene ahora es un regalo, te lo prometo. Será como esas canciones que tanto nos gustan, una vibración intensa que llenará nuestro corazón de luz y dejará claro que lo que estamos por hacer es lo que nos toca hacer y no hay más. Se acabará la tristeza (aunque contigo me gusta tanto esa forma de dolor), las verguenzas, las palabras incómodas, los murmullos, las explicaciones y todo aquello que estos meses trató de separarnos. Se acabó. Nos tenemos pero esta historia, bueno nuestra historia, la terminaremos como tiene que ser. Yo no tengo más miedo. No deseo nada más, te lo dije muchas veces. Soy valiente y estoy contigo. Mira las marcas de tu amor en mi. Podría haber escrito nuestra historia en mi piel para demostrarte que todo esto es real...Ja!, escúchame ahora, estoy repitiendo todo ese rollo del cuál solía burlarme, expresándolo con coraje y desnudez.
Esta vez hoy será nunca más. Este es el instante que imaginamos, nuestro ritual hacia la eternidad en el que viajaremos con un cartel de "juntas para siempre" colgado de nuestras lenguas. Piensa un momento en los titulares de mañana: Dos bellas adolescentes se quitan la vida y son encontradas tomadas de la mano en la escena del suicidio.
Dime, no es hermoso?


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viernes, 23 de enero de 2009

cama adentro


M disfruta agarrándole el culo a D.
Al verla pasar la coge de un lado del vestido e introduce la mano por debajo de su falda. Siente sus piernas firmes y cortas, su particular textura. D se queda quieta y congela la mirada en cualquier punto, como dejando en pausa lo que estaba haciendo y sobre todo, lo que está por sentir. El corredor de la casa deja de serle familiar y acogedor para convertirse en un callejón peligroso y hostil. La mano de M sube hasta encontrar el filo de un calzón de diario cuyo color no importa. Es de algodón y se siente áspero por las lavadas con detergente. Estira uno de los lados cerca a la ingle y comienza a tocarle el púbis. M reconoce ese vello grueso y oscuro poblando su piel y la manosea a su gusto. D no parpadea. Siente esos dedos frotando toscamente su sexo en un silencioso ritual furtivo más parecido a un asalto que a una caricia.
M respira fuerte. Con la otra mano le presiona las nalgas con ansiedad. No hay palabras por una vía ni tampoco mayor resistencia por la otra. El tiempo se detiene y D siente el cuerpo de M pegado a su espalda. Una mano se queda en sus nalgas, estirando mucho más el calzón . La otra le saca una teta. D se pone rígida y su piel responde al contacto no precisamente con agrado. M juega con ese pezón marrón oscuro, sodomizándolo como su fuese plastilina. D siente que lleva una eternidad mirando aquel corredor silencioso, con las manos entumecidas sosteniendo sólo una taza de té. Un dedo encuentra su centro y lo violenta. D muerde su labio visualizando ese dedo hurgando en su ser. Cuando D decide cerrar los ojos, unas palabras salvadoras atraviesan el silencio hasta llegar donde ambos se encuentran.

- D!!!...qué pasó con mi té?
- allá voy señora...
- ...ok. Ah...y dile a M que está en su cuarto que nada de Playstation hasta que termine la tarea de Lenguaje!
- Si señora...yo le digo.

M le quitó las manos de encima a D y la miró con odio.
- ...cuando termine mi tarea de lenguaje, tú serás mi Playstation chola de mierda...

D se acomodó el gastado calzón y guardó su teta antes de tocar la puerta al final del corredor con una taza de té entre sus dedos temblorosos. Le dolía el espíritu.
M se encerró en su cuarto buscando a regañadientes el cuaderno con la tarea de Lenguaje dentro de su mochila de Transformers .
Chola de mierda - repetía varias veces.

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domingo, 18 de enero de 2009

changes



La última imagen que registró fue la de una anónima enfermera enmascarada tocándole la frente. Las voces de los cirujanos se fueron alejando. Ella también.
Cuando despertó, un intenso frío recorría lacerante su interior, como si se le quemara el alma. Le dijeron que su alma sufriría pero no quiso escuchar aquellos consejos de la voz del miedo. Si voy a arder por esto, pues arderé, pero íntegra, realizada y con el corazón feliz, se dijo. Y ahora, en este nuevo despertar, disfrutaba escuchando su pulso galopante llenando el ambiente, más vivo que nunca. Tenía la visión borrosa, pero reconoció que estaba en la clínica, como una bebé recién nacida.
No habían flores en la habitación, ni compañía, ni palabras dulces para su pronta recuperación. Ahora no hay pasado pensó, sólo una nueva vida. La más grande de las emociones abrigaba ahora su corazón, dejando fuera todo miedo, destarrando cualquier dolor.
Levantó la cabeza y se miró buscando reconocer su cuerpo; estaba ahí. Se tocó temblorosa, sin hacer caso al frío y la sed extrema. Necesitaba sentirse humana, pura y sin temores, cegada ante la luz de sus próximos nuevos momentos, sus infinitas oportunidades resumidas en una nueva oportunidad.
Duele, pero no importa. Aquello que dolía no dolerá más, se consoló.
El día era gris y dejaba poca alegría tras el horizonte limeño enmarcado en unos filos de aluminio, pero esta vez ella podía sonreír.
Una enfermera entró a tomarle el pulso y la temperatura. A ella no le importó el control, estaba viviendo un sueño. Le aplicaron una inyección para el dolor y le sugirieron descansar y no moverse. Antes de irse, la enfermera y preguntó si necesitaba algo más.

- así estoy bien, muchas gracias - dijo tranquila y sin mirarla.

La muchacha impecable y uniformada de pronto se detuvo en la puerta y volteó a mirarla. Aquella expresión de felicidad lucía auténtica en un rostro iluminado y definido que había perdido en cinco horas de cirugía todo rastro de ambiguedad.

- querida... ahora que lo hiciste y bueno, ya eres una chica, que será lo primero que hagas al salir de la clínica con tu nueva identidad - dijo la amable la enfermera y a la vez llena de curiosidad, buscándole conversación.

Ella suspiró y volteó a mirarla con ojos húmedos.
- ...voy a buscar un hombre que me rompa el corazón. Siempre pensé que solo así me sentiría completa.
Sonrió nuevamente y se quedó dormida.

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viernes, 16 de enero de 2009

diagnóstico



- Ante todo mucha calma.
Ese insomnio con el que comparte almohada hace meses no es otra cosa que un síntoma del horror al mundo moderno del tipo falta-de-contacto-humano. Se reconoce como la fase primera de la amnesia emocional. Hemos identificado y atendido infinidad de casos en la ciudad, sobre todo en hombres y mujeres adultos y recientemente en algunos adolescentes.
Esa sonrisa congelada que parece que una voz interior la activara con un dictado desconocido bien podría ser el comienzo de la llamada psicosis de la nueva era, pero descuide y no se aflija más, está de moda, hay quienes la encuentran sexy y chic. Su postura desgarbada va de la mano con el llamado "embotellamiento de la sangre". Cómo lo afecta? elementalmente baja la líbido, le da a su piel ese tono comatoso y acentúa las ojeras, sequedad de labios y en el plano cognitivo marca los límites en contenido y forma para los modelos de comunicación oral y escrita, afectando en este último gravemente la psicomotricidad fina y la sensibilidad en la yema de los dedos. Ahora, quizás experimente una ansiedad parecida al síndrome que padecen los pacientes que han vivido temporadas con un corazón artificial; sentirá una falta absoluta de éste manifiestado en la sensación de tener dentro solamente un agujero negro.
Lo que viene luego es la "suspensión"; literalmente no querrá reír, ni llorar, ni estará enfadado. Viendolo del lado bueno, no sentirá malestar alguno, pero tampoco bienestar alguno. No tendrá necesidad de comunicarse más que lo necesario. De alguna forma estará "enfocado" en...bueno, en lo que usted quiera!. No le haga caso, en algunos meses se acostumbrará.

Lo que le puedo adelantar es que cada vez más personas han superado estos efectos iniciales, que para serle sincero no son nada a comparación de la las fases que comenzarán a desarrollarse minuto a minuto en su ser, pero hombre, somos seres evolucionados!! Con el avance de la tecnología y el uso de algunas drogas usted con toda seguridad podrá salir adelante y continuar con su vida como cualquier hombre moderno. Igual para toda su famila y quédese tranquilo que sus hijos crecerán sin sentirlo.
Ahora, en caso no quiera hacer uso de la ciencia, puede recurrir a viejos remedios caseros, pero ya sabe son recetas de los bisabuelos, alquimias primitivas que en estos tiempos son consideradas casi como brujería, chamanismo y como especialista para serle honesto no le podría asegurar nada, pero en caso le acomode acá tiene la receta.
Hasta luego y que le vaya bien!...el siguiente!!!



Cuando M salió del aséptico consultorio, en el centro del papel estaba escrita con pésima caligrafía la palabra amor.


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lunes, 12 de enero de 2009

E-True Toy Story


Finalmente al apagarse las luces del gran almacén, toda la sección se convierte en una zona inhóspita y violenta.
El aire se pone caliente y en la oscuridad todo se empieza a mover.
Carritos a control remoto cruzan los anaqueles a gran velocidad, atropellando a quien se cruce. Se oyen pisadas firmes en aterrador sincronismo. Un ejército de soldados de plástico verde se detiene, apunta e inicia un tiroteo de lado a lado de una góndola. Hay un Elmo muy mal herido que agonizante se arrastra sin un brazo. Nadie lo ayuda. En un rincón, detrás de algunos juegos de mesa, cinco Gi-Joe violan a la Barbie de verano. Le han destrozado la ropa y la tienen cogida por el pelo ante la mirada cómplice de un oso de peluche erecto y rabioso a punto de entrar en acción. Un T-rex atraviesa el campo con la pierna de Minnie Mouse arrancada de su cuerpo colgando de su gigantesco hocico. Rastros de su traje rojo con lunares blancos se pueden ver entre sus dientes. Animalitos de plástico y tela buscan donde esconderse antes de ser derribados por un robot descontrolado que lanza rayos, despellejándolos, dejando salir algodón y relleno sintético. Pucca es decapitada. Se escuchan gritos cerca de la sección de videojuegos. Todo tiembla. Una pared de ladrillos de Lego se desploma aplastando a los Little People. Hay partes de sus cuerpos mutilados por todo el corredor. Dora la Exploradora sale de una esquina vendada con los brazos en alto rogando que no la ataquen. Tarde, un perro a baterías salta sobre ella y comienza a destrozarle la cara sin que pueda hacer nada. Tres payasitos aplauden la escena. Las horas pasan y el ataque sanguinario de un gigantesco Rey León sobre el único Barnie con vida se convierte en el espectáculo más horroroso la madrugada. De pronto todos se esconden y se hace un silencio. La luz del día trae la paz en forma de empleados de almacén dedicados únicamente a separar en un coche todos aquellos juguetes rotos o defectuosos que hay en la tienda, los que deben ser retirados de los anaqueles porque nadie llevará, la mercancía que no sirve. A los caídos.
Entonces, al abrir la tienda, cientos de niños por largas horas invadirán toda la sección, elegirán los juguetes con los que compartirán sus días, fantasías, momentos felices y quizás sus camas. Hasta que llegue la noche y la juguetería se convierta otra vez en el lugar más violento del mundo.

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jueves, 8 de enero de 2009

amor de la era iPod


Tumbada sobre su cama E tuvo que sacrificar su llanto de emoción para cederlo al pánico.
La historia de su amor con P solamente existía registrado en carpetas con historiales de charlas vía messenger, en una inmensa colección de tarjetas virtuales, en videos de sus instantes edulcorados colgados en YouTube, en ordenados archivos de instantáneas en Flickr y en cientos de románticos e-mails. Su amor de la era iPod (frágil, mutante y volátil como la tecnología), no conocía de letra escrita a mano, ni de olor y textura de tinta y papel, mucho menos de la imagen impresa. No conocía de materia. Sin embargo podía caber en algunos cds.

- ...es cierto - pensó aterrorizada- quizás dentro de poco sólo los que hayan conservado sus recuerdos como en el siglo antepasado los podrán conservar físicamente para siempre, ya que no necesitarán de programas actualizados que en algún momento condenen esos recuerdos sin actualizar por su obsolesencia.
Cerró sus ojos y una lágrima patinó sobre su mejilla al aceptar que tal vez existe un punto en que el amor y la tecnología guardan cierta similutud : ambas necesitan actualizarse para subsistir.

Luego se apagó.

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domingo, 4 de enero de 2009

dosmil9





Qué día es hoy?
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El Ciudadano mass media se pregunta si mañana el tráfico aéreo además de aviones piratas, traerá también killer-planes.
Se sienta y escribe en su mac - soy un internauta, por lo tanto (oh alegría!) no tengo nación. Soy un habitante más del planeta wiki y consumo drogas que me quitan las ganas de hablar con personas, pero me dejan conversar en vivo con Dios.
Se deja volar por un cielo naranja-tarde-de-verano por el que esperó nueve lunas y es tocado por los dedos esperanzadores del Punk not Death y el No Future, escupitajos que jamás tuvieron un pulso más acertado, oportuno y vital que en este preciso/precioso instante.
Sus dedos se detienen en rojo para dejar cruzar sobre la esquina de sus ojos un grupo de palabras desordenadas y bulliciosas. Palabra es vida - piensa y se salva.
Retoma su camino y teclea la palabra AMOR. Asiente con el alma aquello que le dijeron entre copas la otra noche; ninguna palabra ha tenido en la historia del mundo tantos significados y a la vez ha mutado tantas veces. Ninguna. Es el virus eterno y global que ha demostrado que la especie humana puede ser absolutamente feliz hasta que lo contrae. También le dijeron que cada vez presionamos más botones y que para enamorarnos nos miramos menos. Asiente otra vez y sigue su camino.
Se vuelve a colgar. Su sistema se resetea. Su acompañante yace ebria sobre una veraniega king size dejando a la luz unas perfectas y bronceadas piernas. Tres estrellas tatuadas lucen lánguidas y hermosas en su tobillo. El Ciudadano mass media aplasta lo que fue su último cigarrillo y observa el humo transformando el aire en caos. Decide no escribir más cuando una voz le acaricia el oído - feliz año Nueve. Es ella que lo besa reafirmando lo rico que es ser humano.
Una vez concluído el saludo, sin más deseos que devorarse el uno al otro, él escribe finalmente: Goodbye mañana.
Cuando despertaron el mundo había vuelto a cambiar, pero el amor por suerte seguía siendo un virus mortal.


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