a propósito del Mes Morado

Voy rápido.
Generalmente voy tan rápido que mi vida parece un film de 1920, acelerado y con cierta gracia. Solía reflexionar más, darme un tiempo para pensar en los pasos que doy y en los que debo dar. Ya sabes, en el silencio de la noche darme ese momento en que sosegado puedo pensar tranquilo, repasar la jornada, planear cosas, proyectar más mi vida. Ya sabes, ese famoso balance emocional de fin de año. Ya sabes, aproximarme un poco más al Arquitecto del Universo, a las Fuerzas Divinas. Sentir, vivir y reforzar mi propia fe. Ya sabes, todo eso.
Pero no. Voy rápido.

Uds dirán, a qué viene mi repentina (y veloz) reflexión?

Hace poco estuve repasando la discografía de Rubén Blades (o "Bleids" como suelen llamarlo ahora), donde como una revelación, sentí en un intenso pasaje de su majestuoso tema Maestra Vida que rezaba a voz en cuello directamente para mi :

...y en Dios me acuerdo primero/ Sólo en trance de morirme/ O a veces cuando estoy triste mas nunca si estoy contento/No dura agradecimiento/Pa’ aquel que nos da la mano /tan pronto nos sale el clavo/ Se olvida to’o el sufrimiento.

No sé si entienden qué se siente cuando algo que podría parecer una señal, por una coyuntura la terminas entendiendo y aceptando como tal.





Papa Lindo, prometo ser buenito ya?

Amén.

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