jueves, 26 de abril de 2007

de mi mesa de noche


Cohen, el mismo de la voz cavernosa. El judío, el mujeriego, el trovador de nuestra miseria.
El monje , el cantante . El poeta.
Confieso que cada libro, poema y canción me ha producido las más extrañas sensaciones, sobre todo por esa mezcla de oscuridad y sarcasmo, sin dejar nunca su brillante lucidez.
Con Cohen , nada es gratuito ni adornado.

Veinte años de escribir lo que dicta el alma, bellamente acompañado de dibujos y contenidos con mucho,mucho pulso y sangre.
Los temas; la vida, la muerte, el tiempo,la vejez, las pasiones, las mentiras, las verdades y por supuesto el amor.
Maestro para echarte la vida en la cara, diestro con el verbo, no podrás evitar que cada línea te arrastra a la otra y así a la que sigue, hasta el punto que casi puedes escuchar su voz.

Lo dejo en tu mesa de noche.
Déjalo cantar.

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