sábado, 27 de diciembre de 2008

bajo raiting


El típico sonido estático y eléctrico lo puso en guardia.
Cuando encendí el televisor JM se lanzó sobre mi tapándome boca y diciendo en voz baja - mira, mira!...ahí están de nuevo, van a vernos. Luego comenzó a comportarse de manera distinta; histriónico, exagerado hasta el cansancio, posado, tenso, hablando en voz muy alta, como si actuara para alguien.
JM estaba convencido que cuando un televisor se encendía, nuestra vida se convertía en un programa visto por otros, como si una ventana conectara esta realidad con otro algún tipo de espectador desconocido y voraz, un televidente de nuestro reality personal que siempre espera más.

- ayer puse la tele cuando hice el amor con S...no sabes... ella no lo notó, fue muy natural...estoy seguro que hice un gran programa. Les di lo que querían ya que ultimamente tu sabes que no me pasa mucho...pero la ilusa no me creyó cuando le conté lo que acabábamos de hacer para los seguidores de nuestro programa. Me dijo loco, me mandó a la mierda y se fue...nadie se pudo perder eso!...nadie!
- JM... en verdad crees que cuando prendes la tele, nos convertimos en el programa que "alguien" fuera de esta realidad ve?
- Absolutamente...
- cómo estás tan seguro?
- es simple : todo lo que nos ocurre tiene que tener un sentido, una razón de ser. Vivimos para ser entretenimiento. Por eso nuestra vida se conforma de momentos que tienen humor, drama, violencia, sexo, amor, suspenso, terror...ves?..para qué nos tiene que pasar todo esto? Para qué soportarlo ? para qué más podría ser?

Cuando JM fue encontrado frío, encontraron también una nota que decía "la soledad me estaba quitando sintonía. Ahora nadie me volverá a ver".
No sé si alguien entendió o nadie quiso entenderlo. JM Tuvo un velorio en blanco y negro con poquísima concurrencia. Con poca sintonía.
Cuando volví a casa me sentía abatido. Lloré lo que no lloré en el velorio con sus padres, con sus hermanos menores. No podía creer que aquella espiral descendente hubiera llevado tan abajo al frágil JM.
Cuando levanté la mirada, vi la tele silenciosa y sin vida a un lado de mi cuarto. La encendí. Imágenes y sonidos llegaron a mi sin que les prestara la más mínima atención.
Una idea pasó por mi mente ; JM ahora me estará observando?

...

miércoles, 24 de diciembre de 2008




Tiempo de creer.
Tiempo de querer.

Es Navidad.
Es Magia.

Lo mejor
para todos.
Hoy
y siempre.


...

desnudo






Que no se te ocurran grandes ideas
que no se harán realidad
Te pintas de blanco
y rellenas el ruido
pero siempre algo va a faltar

Y ahora que lo has encontrado, se te ha ido

Y ahora que lo sientes, ya no lo sientes más
Te has descarrilado

Así que que no se te ocurran grandes ideas
que no se harán realidad
Te irás al infierno por lo que tu sucia mente está pensando


...

sábado, 20 de diciembre de 2008

amor ciego/ciego amor


Cuando el bastón de F dió un golpe en la superficie que tenía a su derecha, el sonido hueco de la pared le indicó que ya estaba en recepción del hostal.
Apoyó su mano sobre el mueble de la entrada. Tenía el cuello levantado ligeramente hacia arriba, así que la luz el foco coronaba con un brillo particular el filo de sus lentes oscuros de carey. El tipo de la recepción sabía a qué venía y lo condujo a su habitación.
Una vez dentro, F se sentó sobre la cama a esperar una visita.
Veinte minutos después alguien golpeó suavemente la puerta. Adelante dijo F, percibiendo el sonido de unos tacones sobre el agrietado piso de madera ingresando a la habitación, hasta sentir que alguien quedaba de pie exactamente delante de él. Registró un perfume dulzón e intenso y el tenue sonido de una respiración.

- eeste...bueno, antes que nada gracias por acceder a venir. Verás, esto te parecerá absurdo pero llegué a ti por tu voz. Más bien, por tus jadeos, suspiros, gemidos.... no no, no te asustes. Desde mucho me acompaña un vicio solitario...verás, alquilo una habitación acá y suelo escuchar a muchas parejas hacer el amor, de día, de noche, por las madrugadas. Verás que en mi condición ese registro se presta para infinitas visiones, claro... así una vez pude escucharte, ya que entiendo sueles atender a tus clientes en la habitación de al lado, la 302.
Desde entonces te he escuchado tantas veces suspirar profundamente, gemir con tanta ternura y terminar como una fiera, voraz, plenamente entregada y debo confesarte que te cité porque estoy perdidamente enamorado de ti...comprenderás que no puedo verte, pero te he escuchado siempre y eso me basta...te siento y mi corazón está totalmente en ti. Te amo, te deseo, quiero estar en tus brazos y quizás, si no pudieras permitirme ser tu pareja, al menos déjame conocerte mejor...mira, esta cita la pagaré, no te preocupes, sólo déjame poseerte y ser por un momento aquel protagonista de las visiones que llevo en mi mente...déjame gozar de ti y quién sabe, al vernos siempre podamos con el tiempo, quizás ir más lejos...te amo, te amo perdidamente...déjame estar contigo...porque yo...

F sintió el perfume más cerca y la yema de unos dedos que se posaban sobre sus labios solicitando tiernamente silencio. Luego vino un suave y dulce beso que F dibujó en su mente y que le supo a sueño cumplido. Unas manos amables lo ayudaron a echarse sobre la cama.
F sonreía sintiendo que el corazón lo le cabía en el pecho. Por fin, pensaba. Luego, los tacones fueron yendo lentamente hacia el baño.
Todo se volvió más oscuro cuando F escuchó que su más dulce fantasía, ante su asombro, levantaba la tapa para orinar.


...

viernes, 12 de diciembre de 2008

inocentemente cruel




Ahí están otra vez, murmurando a mis espaldas.
Puedo sentirlos uniendo sus desnutridas capacidades para burlarse de mi, como si en el mundo no existiera nada más que mi presencia dándole la espalda a sus pobres mundos, inmóvil, encorvada, sumergida amargamente en un libro-salvavidas.
Puedo sentir sus risas contenidas y las imágenes que construyen alrededor de mi persona, puedo verlos hilando mediocremente cuatro tontas palabras como notas disonantes de una sinfonía creada para herir "inocentemente".
Está claro que si los mirara de frente no se atreverían, pero esta vez elegí finjir que no los escucho, permitir que lo crean así y obsequiarles de este modo un instante foto/postal que, si decido también, recordarán el resto de sus vidas como una anécdota cruel y borrosa, un episodio que les quitará el sueño una vez que calvos, obesos y apáticos vean correr a sus críos como autómatas rollizos y chillones en algún espantoso parque un domingo cualquiera, si y quizás me recuerden por las noches cuando vayan a acostarlos. Entonces seré sus pesadillas. Pobres tipejos sin corazón viviendo bajo la ley de ganarle a otro y a costa de maldad.
Ahí vuelven, con esas risas colectivas e histéricas, alardeando de su talento creativo para clavarme etiquetas bizarras y emparentarme con las más fétidas especies de su imaginación pasmada. Pensar que hace sólo 93 horas casi le arranco el ojo a uno con una cuchara. Disfruté plenamente la proyección; antes que el infortunado terminara su patética burla tras mi paso indiferente, saco de mi bolsillo derecho una hermosa cuchara de acero inoxidable (eliminé el detalle del óxido porque me pareció un exceso, así como la alternativa de usar tenedor ya que me parecía demasiado fácil y evidente como objeto de agresión) y volteo lentamente sobre mis pies hasta quedar delante de él. Entonces registro el compás final de su broma y acerco a su rostro la cuchara impecable para regalarle una vista de su último reflejo con la mirada completa en sus dos hemisferios para seguidamente hundirla con fuerza en su cavidad ocular y extraer su globo íntegro, como quién saca una pequeña porción de helado. Luego un silencio ambiental dejaría el espacio pleno a merced de unos escandalosos alaridos rojo sangre. Un deleite personal.
Esa sí sería una impactante foto/postal que no se atreverían a revivir voluntariamente pero que sin duda estaría eternizada en sus memorias para siempre.
Para siempre...por qué no?
Igual ahí estarán, siguiendo con su juego cruel y lo más certero: seguirán ahí por siempre a menos que haga algo.
Está claro ahora; dejaré que sigan murmurando a mis espaldas, que sigan burlándose de mi, pero apenas termine esta estúpida clase de Historia y salgamos al recreo, lo voy a hacer y no habrá mañana más historia que ésta.
A ver quién se burlará de mi entonces... a ver pues.

...

kaos fino

domingo, 7 de diciembre de 2008

home alone


Cuando A. escuchó por primera vez ese sonido, se incorporó sobre la cama inmediatamente.
Sentado mirando la puerta de la habitación entreabierta, respiraba agitado y sentía que el corazón explotaba en su pecho. Estiró ligeramente el cuello hacia su derecha con los ojos bien abiertos y la boca tensa. Estaba seguro que afuera del cuarto había algo.
Todo estaba en silencio, menos su pecho. Entonces volvió a escuchar atentamente. Silencio otra vez. De pronto ahí estaba nuevamente ese sonido seco. Estiró la mano izquierda buscando en la oscuridad el interruptor de la luz de la lámpara, alerta, sin despegar la mirada de la puerta. No lo hallaba. Tanteó con el sonido viniendo desde fuera. Sus manos golpeteaban repetidas veces la mesita de madera buscando ese interrumpor. Seguía sonando ese extraño ruido, indescriptible, quizás como unos pasos arrastrados, pesados y torpes. Los ojos se le secaron por la ausencia de parpadeo y comenzó a agitarse más. El filo de la puerta que tenía delante parecía un barrote de ténue luz en medio de la penumbra. No alcanzaba el interruptor y ese sonido parecía estar en la misma puerta de su habitación. Tragó saliva y comenzó a rezar Ángel de la Guarda, dulce Compañía, no me desampares, ni de noche, ni de día. Sus manos hallaron el interruptor y de pronto una luz amarilla llenó la habitación. Todo estaba en su sitio. A., sentado presionando el interruptor y con la boca entreabierta sentía el cuello duro, congelado e inclinado unos centímetros a la derecha. Sus ojos miraban fijamente hacia la puerta y su respiración era violenta y entrecortada. El cuerpo se le había enfriado, estaba humedecido. Todo era silencio otra vez.
Miró alrededor. Ahí estaban su armario, sus juguetes, sus libros de cuentos, algunas fotos. No quiso pararse de la cama. Apagó otra vez la luz y se encogió internándose bajo las sábanas, descendiendo en posición fetal. Suspiró e intentó poner su mente en blanco. Solo un rato más y ya- pensaba. De pronto otra vez el sonido seco, como pasos que iban desde el corredor fuera de su cuarto hacia donde él estaba. Cerró los ojos con fuerza y cubrió totalmente su cabeza. Siguieron esos ruidos, cada vez más cerca, esta vez aproximándose a él. Sacó un ojo por entre las sábanas pero no alcanzaba ver nada en la oscuridad, solo ese sonido más cerca. De pronto, algo se sentó en el filo de su cama. A. lanzó un alarido y se sentó gritando repetidas veces lo más fuerte que pudo. Justo a tiempo una mano lo tomo por el brazo y acarició su cara enfebrecida.
Mientras A. enfocaba poco a poco la mirada reconociendo su entorno y recuperando el aliento, una dulce mujer de mediana edad le decía despacio al oído - ya...tranquilo, tranquilo mi amor, no fue nada...descansa que mañana tienes que ir a trabajar.
Eran las 3:47 de la madrugada.
La última vez que A. rezó el Ángel de la Guarda fue hace 27 años.

...

jueves, 4 de diciembre de 2008

juego de manos


Su cuerpo se puso rígido y el tiempo dejó de ser tal.
Bajo su piel, un torrente de calor/color le ofrecía un nuevo sabor de vida. Cosquillas. No, dedos. Labios quizás, haciendo círculos sobre su vientre. Un millón de vidas y manos alrededor de su piel. Suspensión, ausencia de gravedad. Se perdió entre sus dedos pero se sentía angelical. Llovía, se purificaba. Llegaba la santidad. Nada humano habitaba dentro entonces; reía sin sonreír, sentía sin tocar, perdió carne, sexo y edad. Era dios elevado a la sublime potencia. No se escuchaba respirar, pero sentía que el aire pasaba violentamente a través de su ser. Sin decir palabra dictaba claramente: no soy, no estoy, no doy. Se reconoció y se sació de su nueva condición, intentando eternizar el viaje, suplicándole a sus dedos no perder la ruta. Se engullía el momento con todo y su nombre, no había piedad ni verguenza. Sus párpados amortajaban unas pupilas feroces queriendo escapar. Era voraz.
Luego el vértigo abrazó la paz y reconoció a lo lejos el factor humano acercándose en slow motion. Anatomía y alma se estrellaban tiernamente. Intentó resistirse a cambio de más y obtuvo violentos espasmos. Recuperó su piel, su nombre y comenzó a escuchar su corazón. Su mente rastreó algo parecido a su primera llegada al mundo. Lo confirmó cuando abrió los ojos y vió otra vez la luz.

Cuando bajó al comedor a cenar, sintió que todos alrededor sabían lo que había hecho.
Registró sus miradas y gestos como navajas heladas. Mamá parecía tensa como un tótem. El más pequeño tenía un aura de inquisidor. Sintió nuevamente calor en la piel. La mesa entonces era una hoguera.
Papá preguntó dulcemente - qué tanto hacías arriba que no bajabas a comer?
Ella se encogió de hombros sin despegar la mirada del diseño de líneas rojas que adornaban el borde del plato.
Luego dijo para si - ...quiero más.

...

martes, 2 de diciembre de 2008

zapping





Cuando M terminó de leer la declaración de amor de K escrita con finepen Faber Castell negro y perfecta caligrafía (de acomodado colegio de monjas) detrás de una foto de ambos, supo que vendría la pregunta obligada.
Leyó con cuidado delante de una K púber, nerviosa y sin celulitis ni hijos, el repaso de aquellos últimos 9 meses saliendo juntos. La foto correspondía a una instantánea captada en el último cumpleaños de K, bien agarrada de su brazo y luciendo la sonrisa más grande del mundo. M repasó en cada línea todo lo vivido juntos.
Cuando terminó de leer el texto de la foto, K le preguntó con labios nerviosos - y?...qué me dices?
M, sin dejar de mirar la foto contestó - no tengo nada que decir.

Quince años después, en el cruce de Santa Cruz con Conquistadores, M frenaba ante una luz roja dejando pasar a una mujer robusta, en zapatillas y llevando a un niño de la mano. Era K.
Ella lo miró, lo reconoció y siguió caminando.
M comprendió que entonces ella tampoco tenía nada que decir.

...

Sentados en el suelo de una habitación, L y C escuchaban cassettes con música de Pere Ubu y viejos discos de la nueva ola, rodeados de arte, música y comics.
C dibujó con carboncillo grueso a muchos hombrecitos en distintas posturas sobre una cartulina blanca y se lo regaló a L. L recibió aquella apasionada obra tratando de entender los detalles de las expresiones de aquellos personajes; bocas abiertas, pelos parados, miradas crispadas, dedos extendidos. Cuando levantó la mirada para preguntar las claves de aquel universo se encontró con los labios de C intentando tocar los suyos.
Sorprendido se apartó y se hizo un silencio glacial. Minutos después decidió irse no sin antes decirle - lo siento, no me gustan los hombres.
Muchísimo tiempo después L leía un titular : Asesinan a Dj peruano en su departamento en Madrid.
Pensó si tendría algo de cierto eso del destino; el beso que no pudo ser, el crimen consumado, la mirada de la muerte en el último segundo.
Y pensó muchas cosas más.

...

Estacionados en una calle frente a la más efervescente fiesta, una pareja se devora ante la posibilidad de un amor sin posibilidades. Saben perfectamente que cuando amanezca, al separarse, volverán a ser dos ajenos. Sin embargo, también sienten que de esa forma sus pieles saben mucho mejor.

No muy lejos de ahí, un chico espera una llamada de su novia que nunca llega. Tuvo una salida forzada con sus amigos, pero aburrido volvió a casa.
Se convence que será la última vez que permite que ella salga sola con sus amigas.


...